La caída de las bolsas dejó enseñanzas muy duras en las corporaciones, sobre todo porque varios de los responsables del mayor crack financiero desde la crisis del 30 eran profesores y egresados de las más prestigiosas escuelas de negocios. América latina no está ajena a esta controversia y, de hecho, éste es un tópico que se debate en los claustros de nuestros países. El tema también estuvo presente durante la 24°Asamblea Anual de Antiguos Alumnos del IAE, en la que directores de escuelas de negocios de Argentina, Brasil y Colombia, pertenecientes al grupo de la Universidad de Navarra, debatieron acerca del futuro de la capacitación ejecutiva en la región.
Marcelo Paladino, decano del IAE y anfitrión del evento, remarcó que “hoy hace falta una formación ética y humanística, más allá de la formación técnica”. También destacó la necesidad de desarrollar un “management para las economías en transición de los países en desarrollo”, adaptado a los contextos de pobreza, falta de equidad, tensiones sociales y poca calidad institucional que predominan en la región.
Según el catedrático, la actual crisis obliga a redefinir el propósito de las empresas en la sociedad y la misión de las escuelas de negocios, que deberán basarse en los principios del bien común, la solidaridad, la justicia y la dignidad de las personas, y no en la avaricia y la búsqueda de resultados a cualquier costo.
Este año se plantea un doble desafío para las escuelas de negocios, ya que los ejecutivos son conscientes de que necesitan más capacitación y mejores herramientas para manejar la crisis y, por el otro lado, enfrentan reducciones de costos que les impiden participar de los programas. “En el caso de los programas del IAE, hay un recorte de gastos en las empresas y también se nota que muchas decisiones de capacitación se pospusieron hasta después de las elecciones”, admitió Paladino.
En Brasil, la situación es similar, pero presenta algunos matices propios, según destacó Paulo Ferrerira, director del Instituto Superior da Empresa (ISE), con sede en Sao Paulo. “La economía brasileña ha venido creciendo mucho en los últimos años y tenemos toda una generación de empresarios que no están acostumbrados a la crisis”, dijo Ferreira.
“Hay sectores en Brasil que siguen creciendo, sobre todo los vinculados al mercado interno. Sin embargo, sus repercusiones empezaron a notarse a partir de septiembre del año pasado en aquellos sectores que necesitan financiamiento, porque los bancos no lo están dando y, obviamente, en los sectores exportadores”, admitió el catedrático paulista. En este contexto de incertidumbre, “los programas de MBA son más demandados que los de Alta Dirección”, destacó el decano brasileño.
Por su parte, Pedro Niño Rodríguez, director del INALDE, la Escuela de Dirección y Negocios de la Universidad de La Sabana, con sede en Bogotá, señaló que en Colombia hay más interés en los programas de Alta Dirección que en los de Formación Ejecutiva. “Hoy los cursos dirigidos a directores de empresas están completos. Son para un perfil de ejecutivos de más de 40 años, gente que ha estado todos estos años ocupada en producir y, ahora en la crisis, sienten que necesitan más herramientas. En cambio, entre los jóvenes, hay mucha incertidumbre porque al no saber si van a conservar el empleo, no se inscriben. Estamos viendo cómo los financiamos o ayudamos a que ninguno que merezca hacer una capacitación se quede afuera”, aseguró el colombiano.
Niño Rodríguez, quien realizó un pormenorizado análisis de la situación económica en su país durante su disertación en el IAE, destacó que Colombia también venía creciendo al 7.5% u 8% anual y este año crecerá al 1%. “Esto no es malo en sí mismo”,remarcó. “Lo preocupante es que se están perdiendo empleos, sobre todo entre la gente menos preparada, de bajos recursos. Los profesionales jóvenes están, en cambio, generando muchos emprendimientos, lo que plantea una mayor demanda de orientación en emprendedorismo por parte de las escuelas de negocios”, apuntó.
¿Ética o finanzas?
Uno de los desafíos que enfrenta la educación ejecutiva hoy es el de balancear una buena formación técnica con una sólida orientación ética y humanística. “Las empresas brasileñas también están preocupadas por la formación ética de la gente. Esto pasa porque se trabaja bajo presión, buscando resultados rápidos y no se tienen en cuenta las consecuencias a largo plazo de la toma de decisiones”, remarcó Ferreira.
“También están demandando de las escuelas de negocios una visión estratégica. Porque si el ejecutivo focaliza su preocupación por la crisis, que es el corto plazo, corre el riesgo de perder la visión del largo plazo. Si nos quedamos muy involucrados con la crisis de hoy, vamos a tener problemas en el futuro”, vaticinó el catedrático brasileño.
“A diferencia de años anteriores, en los que se ponía énfasis en Finanzas o en Estrategia, hoy se está dando mayor importancia a la formación ética y humanística”, coincide Niño Rodríguez. En tanto, Paladino puntualizó que “no hay gente haciendo cola para obtener una formación ética y humanística. Pero a la hora de elegir dónde hacerlo, el IAE y el grupo de escuelas de negocios de la Universidad de Navarra ofrecen un diferencial”, aseguró.
“Nosotros vamos más allá de las técnicas, para meternos con el desarrollo de las personas, y buscamos que la empresa sea una organización con una dimensión humana y social muy fuerte. Eso sin quitarle rigurosidad a la formación técnica”, detalló.
El decano del IAE destacó que la misión como escuelas de negocios es de las distimtas casas es muy parecida: “Formar mejores personas para que sean buenos directivos de empresas. Si sólo se va por el camino de la técnica, no se muestra toda la realidad de alguien que está tomando una decisión”, dijo.
A la hora de determinar cuáles son las habilidades que se deben entrenar para enfrentar la crisis, también hubo coincidencias: “Visión de largo plazo, liderazgo y autocontrol”, resumió Paladino. “Para dirigir a las personas hay que tener un buen conocimiento y dominio de sí mismo, porque las presiones que hay que enfrentar son muy grandes. No digo que la escuela de negocios tenga que parecerse a un grupo de autoayuda, pero los temas de manejo del estrés e inteligencia emocional están entrando muy fuerte”, aseguró.
En cuanto a las tendencias en la educación ejecutiva, los tres especialistas remarcaron que si bien la tecnología es una excelente herramienta, sobre todo para transmitir conocimientos técnicos, las clases son mayormente presenciales, porque se ven temas de negociación y de liderazgo en los que se necesita la interacción real entre los alumnos y profesores.
También el perfil del plantel docente es muy particular en estas escuelas de negocios. “Necesitamos un equilibrio justo entre académicos y practitioners. Nuestros profesores deben combinar rigurosidad académica con un conocimiento profundo del mundo corporativo. A los empresarios hay que hablarles y presentarles casos en su mismo idioma”, destacó Ferreira.
Por último, la globalización de la educación ejecutiva es otra tendencia fuertemente marcada: cada vez hay más alumnos extranjeros, más participación de profesores invitados de otros países y mayores posibilidades de cursar parte de los programas en sedes internacionales.
Fuente : Cronista