
Las escuelas de negocios de América Latina exigen a sus alumnos ciertos años de experiencia laboral. Conozca los argumentos al respecto.
Muchos son los académicos y alumnos que cuentan sus experiencias en MBA y diplomados, señalando que éstos son una llave a la puerta del futuro y herramientas vitales para quienes pretenden ascender en la escala profesional y laboral.
No obstante, pocas veces surge el cuestionamiento respecto al “antes” del MBA.
Nos referimos al aspecto que va más allá de qué se debe considerar al momento de elegir un programa u otro, una institución u otra o qué requisitos se cuentan para el ingreso.
A lo que concretamente apuntamos es acerca de la experiencia que el alumno debe tener o no al momento de ingresar a esa nueva sala de clases. ¿Es necesaria? ¿Sí? ¿No?
América Economía, portal de negocios para América Latina, publicó un artículo donde diversos expertos de la región opinan respecto al tema.
Para partir, se debe señalar que, al contrario de lo que pasa en otras partes del mundo, en América Latina la experiencia laboral es un requisito indispensable en las escuelas de negocios al momento de cursar un MBA.
Ésta se considera un factor clave en cuanto a calidad del alumno y como garantía del éxito que la persona obtendrá una vez finalizada la maestría.
En tanto, en Estados Unidos, y especialmente en Europa, existen maestrías para profesionales con experiencia y otras para aquellos con muy poca experiencia o simplemente para quienes cuenten con su título de licenciados universitarios.
Así, si pensamos en un alumno con casi nula experiencia laboral, resulta muy rentable acercarse al funcionamiento de una empresa mediante un Master en Management, algo que, de paso, también aumentará las posibilidades de acceder a un buen puesto laboral.
Dicen los expertos que, para los alumnos de América Latina, la capacidad para desarrollar patrones mentales de problemas empresariales requiere repetidas vivencias de problemas similares, por lo que sólo teniendo esas plantillas de problemas, encontrarán de utilidad los modelos y las herramientas que las escuelas les ofrecen.
La directora de Comportamiento Organizacional de Espae-Espol, Ecuador, María Virginia Lasio, señala, por ejemplo, que “un profesional aprovecha mejor un MBA si posee experiencia previa. No necesariamente experiencia directiva, pero sí haber estado expuesto al ambiente de una empresa u otro tipo de organización”.
La experiencia, por ende, desde diversos enfoques conceptuales en un MBA, facilita y enriquece el aprendizaje y prepara además para un futuro de conocimientos permanente.
Para la mayoría de los académicos de la región, los MBA relacionados con administración, por ejemplo, tienen orientación práctica, un factor íntimamente relacionado con el intercambio de experiencias. Por eso es que a los alumnos se les exige al menos dos años de experiencia en un cargo de responsabilidad.
Por su parte, el decano de Incae Business School en Costa Rica, Niels Ketelhöhn, dice que un estudiante con experiencia recupera más rápidamente la inversión en la maestría.
En tanto, el director de Centrum Católica de Perú, Ricardo Pino, afirma que “la experiencia previa es necesaria, no sólo para el aprendizaje del alumno, sino para que éste aporte al aprendizaje de los demás participantes en su clase”.
“En un MBA se da el aprendizaje colaborativo, en el que el análisis desde diferentes puntos de vista empresarial ayuda a que todos desarrollen una visión amplia y gerencial de los negocios. Existe interdependencia en el aprendizaje de los alumnos”, asevera el profesor de la escuela de negocios peruana.
Enfoques que cambian
El académico de Centrum Católica de Perú subraya que muchos alumnos de MBA’s sienten que la maestría es casi una extensión del pregrado, creyendo aún más innecesaria la experiencia previa como requisito para cursar los programas.
Explica Pino que esto se da muchas veces cuando el MBA se considera una especialización, no obstante se debe saber que el enfoque de la maestría es muy distinto al que el alumno tuvo en pregrado.
“La visión de los participantes y el análisis que efectúan se enriquece porque relacionan los temas de clase con su día a día profesional, algo que no se logra en pregrado”, afirma.
Al abordar el tema del management, Fernando Fontes, director de Relaciones Institucionales para Iberoamérica del IE Business School, establece las diferencias entre un Master in Management y un MBA.
Por el primero se entienden aquellos cursos generalistas en donde se estudian todas las aéreas de una empresa y, posteriormente, permite a quien lo realiza una especialización.
“Va dirigido a personas con poca experiencia que quieran conocer el funcionamiento de una empresa o aquellas que tengan clara un área de la empresa y que quieran acceder a un primer puesto de trabajo con una base de conocimientos más sólida”, dice el academico.
Y agrega que el MBA, por el contrario, “va dirigido a personas con experiencia que no hayan realizado un Master in Management y que quieran progresar en su carrera profesional, después de varios años trabajando”.