
Las dificultades para encontrar empleo hacen crecer el interés por mejorar la cualificación a través de un programa de posgrado, especialmente entre los más jóvenes. Pero también hay mayores problemas para invertir en estos cursos y se reduce el gasto de las empresas.
Las dificultades para encontrar un empleo cuando terminan sus estudios universitarios han incrementado el interés de los recién titulados por enrolarse en uno de los numerosos másteres que se imparten en nuestro país para hacer más atractivo su currículo, especializarse o, en definitiva, aumentar sus posibilidades de éxito en la competencia por hacerse con las escasas ofertas de trabajo que se publican en los últimos meses.
También ha crecido la conciencia sobre la necesidad de seguir mejorando su cualificación entre los profesionales con cierta experiencia que se han quedado descolocados por las últimas sacudidas de la destrucción de empleo en nuestro país.
Éstas son algunas conclusiones del primer encuentro de directores de escuelas de negocios organizado por Expansión & Empleo y la Asociación Española de Escuelas de Negocios (AEEN), que contó con la asistencia de los máximos responsables de ADM Business School, Jaime Medel; del Centro de Estudios Financieros (CEF), Roque de las Heras; de la Escuela Europea de Negocios (EEN), Antonio Alonso; de Esden Escuela Superior de Negocios y Tecnologías, Jorge Zugazabeitia; del Instituto Europeo de Postgrado (IEP), Carlos Pérez Castro; de ITAE Escuela de Negocios de Extremadura, Antonio Rubio; y el secretario general de la AEEN, Héctor Martínez.El pasado ha sido un buen año para la demanda de estudios de posgrado en nuestro país. Por contra, la inversión en la formación de sus empleados por parte de las empresas, que había crecido de forma constante en los últimos años, ha caído de manera importante, provocando un descenso en la demanda de los programas de más nivel y, por tanto, de mayor coste económico.
Empresas
Si a esto se suman las dificultades para financiar la inversión que muchas veces requiere este tipo de programas y el enfriamiento de las decisiones de gasto de las familias, las cosas no han estado tampoco demasiado fáciles para el sector de las escuelas de negocios y centros de posgrado, si bien no es uno de los más afectados por la crisis económica.
«En los cursos a medida para las empresas se ha visto claramente que España está en crisis. El número de horas de formación impartidas ha caído a los niveles del curso 2003-2004. En cuanto a los profesionales con experiencia, en los últimos años el 90% se formaba financiado por su empresa. Ahora, el número de participantes ha descendido y los que se matriculan se lo pagan de su propio bolsillo. Es posible que haya aumentado la demanda entre los recién titulados, porque ya no tienen oportunidades para colocarse pero, al final, si el país está en crisis, nuestro sector también se ve afectado, explicó Roque de las Heras, presidente del CEF.
Jaime Medel, consejero delegado de ADM, añadía que «no somos el sector más damnificado, pero tampoco ha sido el mejor año. Por supuesto que la crisis afecta, sobre todo a las escuelas de negocios más enfocadas a empresas y profesionales con experiencia».
No obstante, varios de los asistentes coincidieron al destacar que el incremento de la demanda por parte de los titulados universitarios más jóvenes y la llegada de alumnos procedentes de Latinoamérica, donde la crisis está pasando más de refilón, han compensado las dificultades del entorno.
Las recesiones económicas han dado tradicionalmente un mayor protagonismo a la educación superior. «¿Cuál es el mejor momento para crear una empresa? Cuando una crisis ha tocado fondo. Pues lo mismo sucede con la decisión de hacer un máster. En España, uno de cada cinco titulados quiere ser empresario, mientras que en Estados Unidos esta proporción es de cuatro de cada cinco. En este sentido, las escuelas de negocios tenemos mucho que aportar. En nuestra escuela, por ejemplo, hemos decidido poner en marcha un acelerador de empresas», opinó Antonio Alonso, director general de la Escuela Europea de Negocios.
Por su parte Jorge Zugazabeitia, director académico de Esden, añadía que «siempre es bueno formarse, pero ahora mucho más, porque la competencia por un puesto de trabajo es brutal».
Pero no es éste el único reto que tienen que afrontar las escuelas de negocios en nuestro país. Se trata de un sector que vive en permanente estado de adaptación a las demandas sociales y empresariales; que trabaja desde hace años para adaptarse a los parámetros del nuevo Espacio Europeo de Educación Superior; que ha emprendido un proceso de internacionalización, sobre todo mirando a Latinoamérica; y que se encuentra inmerso en una constante innovación para dar respuesta a la demanda de empresas, profesionales, titulados y para aprovechar las ventajas de las nuevas tecnologías de la comunicación y la información en sus metodologías de aprendizaje. Temas que centraron el debate entre los representantes de la asociación de escuelas de negocios.
Bolonia
La puesta en marcha del Espacio Europeo de Educación Superior, el denominado Proceso de Bolonia, puede suponer un antes y un después en el panorama de los estudios de posgrado. Por primera vez en nuestro país, los másteres impartidos por las universidades tienen una titulación oficial que forma parte del sistema educativo reglado.
Esta circunstancia ha provocado un pequeño terremoto entre las escuelas de negocios privadas no vinculadas a ningún centro universitario, que después de varias décadas impartiendo estos programas pueden verse afectadas por la no oficialidad de sus estudios.
La estrategia de la mayoría de las escuelas de negocios está siendo la de llegar a acuerdos con instituciones universitarias, para poder impartir títulos oficiales de forma conjunta. Pero esta posibilidad genera algunas resistencias, porque supone una pérdida de independencia de las escuelas de negocios y una supeditación a la cultura universitaria, de la que tradicionalmente han huido con el objetivo de dotar a sus programas de un mayor enfoque práctico menos académico, y de ganar capacidad de adaptación a las necesidades cambiantes del sector empresarial y del mercado laboral.
«El conocimiento no es patrimonio de nadie, por lo que hay que reivindicar el papel de las escuelas de negocios que llevamos muchos años impartiendo este tipo de formación, con el reconocimiento del mercado y ahora tenemos que competir sin igualdad de condiciones y pendientes del Boletín Oficial del Estado», denunciaba Antonio Rubio, director general de ITAE.
Por su parte Héctor Martínez, secretario general de la Asociación Española de Escuelas de Negocios, afirmaba que «Bolonia es positivo porque promueve la movilidad de los estudiantes y la practicidad de los estudios, pero en España se ha aprovechado para que, a golpe de decreto y sin interlocución con el sector, las universidades irrumpan en una actividad en la que estaban mal posicionadas».
Alonso, de EEN, añadía que «el cambio es, sobre todo, metodológico. Las universidades aún no lo han implementado y las escuelas de negocios lo llevamos aplicando mucho tiempo, por lo que tenemos ventaja».
Fuente:Expansión & Empleo