
Cada vez son más los emprendedores que han sabido reinventarse y hacer de la crisis económica una oportunidad de negocio.
La diversificación de producto, un mensaje comercial centrado en el servicio al cliente y una mayor flexibilidad en las condiciones de cobro son algunas de las prácticas más repetidas.
Asimismo, ya pueden perfilarse algunos de los sectores económicos que, por la tipología de sus productos y servicios, atraviesan una situación más positiva.
Desde mañana y hasta el próximo 31 de julio, EXPANSIÓN analizará cada una de estas industrias, su evolución a lo largo de la crisis y su capacidad para enfrentarse a los factores externos: el aumento del IVA y el recorte del gasto público, entre otros.
Un caso a estudiar es el de las escuelas de negocio, que, ante el incremento del desempleo, se han encontrado con un auge de la demanda de formación, especialmente, de los cursos MBA. IE Business School, por ejemplo, prevé aumentar su facturación un 10,4% este año, hasta 88,7 millones de euros.
En los supermercados, la batalla de la marca blanca iniciada hace un año por Mercadona continúa su ascenso y, hoy, ya acapara el 44% de este mercado.
Si no puedes con el enemigo, cómpralo. Éste parece ser el nuevo lema de los laboratorios farmacéuticos. La imposibilidad de hacer frente al auge de los medicamentos genéricos ha provocado que todos los laboratorios tradicionales estén adquiriendo empresas de medicamentos sin marca. También los productos para adelgazar y medicarse sin receta viven un buen momento.
Y es que la crisis no siempre es sinónimo de austeridad. El negocio de la belleza escala posiciones. Por ejemplo, las franquicias de estética low cost abren una media de doscientos locales al año, mientras que firmas como L’Oreal impulsan sus líneas de cuidado masculino. Ya en 2009, las franquicias del sector de belleza y bienestar abrieron un 20% más de establecimientos que un año antes.
‘Outlet’
El sector textil ha vivido también un vuelco en los últimos tiempos. Mientras que prosperan las cadenas de ropa barata (además de Zara, destacan los casos de H&M, Primark o Cadena Q), el consumidor busca la originalidad en los complementos –en los últimos meses, han nacido una serie de cadenas dedicadas exclusivamente a este segmento–, en los outlet y en las empresas online de compras colectivas.
También crecen los negocios de reutilización de ropa, como empresas que tiñen, cosen o reparan calzado.
Por su parte, en el mercado de la hostelería, cocineros de renombre han decidido no detenerse y han creado los llamados gastrobares o bares de tapas reinventados. Además, se han sofisticado algunos negocios de platos preparados.
Mientras, confiadas en la incipiente recuperación del sector turístico, que supone el 10% del PIB en España, algunas pequeñas compañías quieren hacer frente a la oferta tradicional de las franquicias con otras propuestas originales.
El transporte eléctrico, las aerolíneas low cost y los trenes de alta velocidad ocupan también un papel destacable dentro de las industrias estrella de esta crisis económica.
Nuevas tecnologías
Quizás, el ámbito con mayores posibilidades sea, con todo, el tecnológico. Frente a la contención del gasto en 2009, algunas compañías están volviendo a invertir en nuevas tecnologías, conscientes de la repercusión que éstas tendrán sobre la productividad del negocio. Aquí entran en juego conceptos como el cloud computing y la virtualización, que hacen referencia a infraestructuras tecnológicas flexibles y bajo demanda, conectadas en red. Este tipo de conceptos está dejando atrás su consideración más técnica para convertirse en verdaderos motores de productividad y eficiencia.
Una vez que las redes sociales han alcanzado una base de clientes considerable (Facebook, por ejemplo, supera los ocho millones de usuarios en España), algunas de ellas han encontrado la vía para sacar beneficios de un negocio joven, en un mundo en el que los clientes no están acostumbrados a pagar. Las redes profesionales, como LinkedIn, Xing o Viadeo, y las comunidades de búsqueda de pareja, como Match y Meetic, son las que más destacan.
Aunque menos rentables, algunos blogs, como Huffington Post, han logrado también convertirse en auténticos líderes de opinión, por encima de muchos de los medios de comunicación tradicionales.
Por su parte, el márketing online ha ampliado sus horizontes con servicios de gestión de la reputación en Internet y la creación de un nuevo perfil de trabajador: los community managers.
Los smartphones (o móviles inteligentes), las tabletas (abanderadas por el iPad de Apple), los e-readers (o lectores de libros electrónicos) y las televisiones de pantalla plana también están marcando futuro. Y, mientras las ventas de CD de música y DVD de películas continúan cuesta abajo, algunos jóvenes emprendedores han sabido demostrar la viabilidad de negocios legales de descargas y consumo en streaming. Netflix y Spotify son dos de las referencias de esta tendencia.
El café en cápsulas, el tabaco de liar, las firmas de reformas domésticas, los comparadores de precio, la consultoría tecnológica, las energías renovables, las compañías especializadas en reestructuraciones, el software de control de la morosidad… Para éstos y otros sectores, no hay crisis que valga.
Fuente: http://www.expansion.com