La importancia de una buena infraestructura académica

Las principales escuelas de negocios de Estados Unidos están inmersas en una carrera por elevar su infraestructura, mediante la ampliación de sus campus para atraer a nuevos alumnos y profesores. Pero no se trata de un fenómeno único de ese país. En América Latina también existen diversas universidades que apuntan a potenciar sus instalaciones para marcar la diferencia y consolidar su posición en este competitivo mercado.

Según revela Business Week, el auge de la construcción en las escuelas de alta dirección se desencadenó en 2002, cuando la Universidad de Wharton School de Pennsylvania invirtió US$140 millones en Filadelfia o los US$125 millones destinados por la Universidad de Chicago Booth School of Business para su centro Charles M. Harper Center en 2004.

Y es que para nadie es un secreto que este tipo de cursos tiene un alto costo para los alumnos, por lo que son ellos quienes también exigen instalaciones acorde a lo que se está pagando. Sin olvidar el nivel de los profesores, el estudiante desea un lugar cómodo y accesible para desempeñarse, además de los aspectos estéticos y de espacio.

Según Joanna Herzfeld, encargada de Marketing y Ventas del MBA Universidad Católica de Chile, el alumno desea estar en instalaciones acordes al dinero que está desembolsando. «Hace dos años inauguramos una instalación que reúne todo lo que un alumno puede necesitar, con infraestructura de primer nivel», señala. En 20.000 metros cuadrados, en 12 pisos de altura, el edificio dispone de los recursos y espacios que optimizan los resultados académicos de los alumnos.

Pero eso no es todo. La ubicación también es clave. «Apostamos por un espacio en el corazón de la ciudad por una razón estratégica. Mientras otros deciden escapar del smog desplazándose a zonas más alejadas, nosotros seguimos cerca de nuestros alumnos. Estamos a pasos de todos los ejecutivos que trabajan en el centro y que no desean atravesar un tráfico colapsado para llegar a sus salas de clases», precisa Herzfeld.

En Estados Unidos, y tras la considerable reducción de las donaciones post crisis económica, las firmas de diseño que se especializan en edificios para escuelas de negocios, como Perkins & Will, aseguran a WSJ que las instituciones han retrasado la construcción de nuevos edificios y extendido las etapas de planificación para ganar más tiempo que les permita recaudar más fondos.

Mientras tanto, en América Latina la política de las donaciones todavía funciona. Recientemente, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) inauguró el edificio de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Economía (FE), donado por el empresario y egresado de esta casa de estudios, Carlos Abedrop Dávila. Se trata de una sede con una superficie construida de 5.529 metros cuadrados, que albergará a unos 234 estudiantes. Consta de unas 11 aulas didácticas de las que dos están dotadas de equipos modernos para impartir clases con ayuda de la informática.

Otra cosa es lo que ocurre en Perú, donde hay una agenda copada de nuevas iniciativas. Por ejemplo, CENTRUM Católica adquirió terrenos adyacentes a su campus y pronto comenzará a construir nuevas instalaciones, según indicó su director general, Fernando D’Alessio, al anunciar los proyectos a la prensa.

Por su parte, la Escuela de Posgrado de la Universidad del Pacífico, que está construyendo un nuevo edificio para el pregrado y una nueva torre para el posgrado. Instituciones como Esan, Escuela de Postgrado de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) o la Escuela de Dirección de la Universidad de Piura también tienen planes concretos de potenciar su infraestructura académica. En Perú nadie quiere dar ventajas en este competitivo mercado.

En un mercado donde el alumno es cada vez es más exigente y está consciente de la inversión que significa invertir en un MBA, las escuelas de negocios se ven obligadas a responder con adecuadas instalaciones para cautivar a esos futuros estudiantes. De lo contrario, corren el riesgo de que los interesados en maestrías comiencen a mirar hacia el extranjero, pese a las excelentes ofertas que existen en Latinoamérica.

Hoy las escuelas de negocios no solo compiten por tener a los mejor alumnos. También buscan tener las mejores instalaciones para consolidar su posición en el competitivo sector.

Fuente:Educamericas.com

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