Eres un profesional joven y exitoso. Tenías un muy buen trabajo pero querías cambiar, ascender y -por qué no decirlo- ganar más. Evaluaste tus opciones, escogiste entre los más prestigiosos MBA del mundo y te tiraste a la piscina.
Siempre confiado en tus habilidades, diste el GMAT sin mayor preparación, el TOEFL -quizás te lo pedían aunque tu nivel de inglés es razonablemente bueno- y te embarcaste en el proceso de postulación con todos sus bemoles… certificado de título, currículo (insuperable), cartas de recomendación (de seguro no te fue difícil conseguirlas), ensayos. Conseguiste el financiamiento -no te costó puesto que con tus antecedentes nadie dudaría de tu capacidad para repagar el crédito a tu regreso- y después de una entrevista excepcional fuiste aceptado en la escuela de tus sueños, la primera en tu lista.
Sin dudarlo, renunciaste a tu trabajo, a tu excelente sueldo y a todas las comodidades que trae consigo el ser un alto ejecutivo. Tu pareja tampoco dudó en acompañarte y fue la primera en alentarte y en subirse al avión contigo, dejando atrás amigos y familias, a sabiendas de que sería difícil, ya que tú estarías concentrado no solo en aprobar tus cursos, sino en destacar, como siempre lo has hecho.
No te fue fácil, pero no hay desafío que te gane. Un año, dos de arduo trabajo; horas y horas de estudio, ensayos, pruebas. Pero lo lograste y ahora regresas a tu país, orgulloso, triunfante, con una carta bajo la manga y no cualquiera… un as, un MBA de una universidad de gran prestigio.
Un solo pero… nadie previó que se avecinaba una crisis de proporciones que no dejaría a ningún sector sin marcas, incluido el del empleo. Y ahora debes conseguir el trabajo que quieres y el sueldo que quieres. Pasan los días, las semanas, un mes, dos. Una entrevista, otra… procesos parados, ofertas que no son lo que esperas y un crédito por pagar que no es menor.
¿Y ahora qué?
Los head hunters recomiendan no desesperarse en la búsqueda del trabajo ideal y a hacerlo con los pies en la tierra.
No se trata de conformarse con lo primero que salga, «sino de buscar los trabajos a los que uno puede aspirar de forma realista y con un sueldo realista, más basado en lo que ocurre en el mercado del empleo que en las expectativas personales, que muchas veces pueden ser erradas o poco apegadas a la realidad», señala Pablo Massú, gerente comercial de la firma chilena de selección de personal BVM Consultores.
«Muchas veces, los profesionales más jóvenes tienden a generarse expectativas muy altas y poco realistas sobre sí mismos, lo que los lleva a desesperarse», dice Massú, quien agrega que en Chile «muchos estudiantes tienden a cometer el error de realizar un MBA en el extranjero inmediatamente después de titularse, lo que no les permite ganar experiencia y después sus estudios les resultan una dificultad más que una ayuda para encontrar trabajo, ya que las rentas que solicitan son muy altas o se los considera sobrecalificados para los cargos típicos ofrecidos a gente de su edad».
Este problema se ver exacerbado con la crisis actual, donde quienes acaban de graduarse de un MBA en el extranjero llegan a un mercado lento, donde las contrataciones se han desacelerado, por no decir estancado. Sin embargo, dice Massú, no se ve que la crisis esté afectando la búsqueda de empleo por parte de altos ejecutivos de alta experiencia en grandes empresas, ya que por su misma naturaleza generalmente sus perfiles son más bien escasos.
Pero para los profesionales jóvenes altamente capacitados, que son quienes podrían verse más afectados, se recomienda buscar asesoría profesional con consultores especializados respecto a métodos y formas de buscar empleo y ser exitosos en sus búsquedas.
Es importante tener en mente que «el mismo hecho de buscar trabajo es un trabajo», dice Massú. «Requiere de mucha perseverancia y tolerancia al fracaso, pero además capacidad de entender que las empresas tienen metodologías específicas para seleccionar a su personal, que ellos deben conocer y manejar».
Así que ya sabes… puede que el trabajo que buscas no aparezca de la noche a la mañana, pero no hay nada de qué arrepentirse. Tus estudios en el extranjero serán siempre bien valorados por las empresas contratantes, con o sin crisis, pero es crucial que tus expectativas sean realistas. No te cierres a las posibilidades y no dejes pasar una oferta que quizás no es todo lo que quieres hoy, pero que tiene proyecciones. Paciencia…
Fuente: educamericas.com