Guía para financiar un posgrado

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Al momento de decidir seguir estudiando, un tema fundamental es el financiamiento, y cuando no se cuenta con una beca, es esencial dar con la ecuación perfecta para hacer el proceso lo menos costoso posible. Aquí te presentamos los elementos en que te debes fijar al momento de elegir un crédito o mecanismo de financiamiento.

En primer lugar, todos los especialistas coinciden en que siempre es conveniente diversificar el financiamiento de un posgrado. Es decir, no solo utilizar un crédito, sino que conseguir alguna beca -aunque cubra un porcentaje pequeño del programa- y también contar con ahorros personales. Hay que tratar de disminuir al máximo el monto por el cual se pedirá el crédito. «Es muy arriesgado y no recomendable utilizar el crédito para financiarlo todo», dice Joël McConnell, Financial Aid Officer de la española IE Business School. «La idea es tener la menor deuda posible al momento de graduarse, ya que esto le entregará al alumno mayor flexibilidad con respecto a su movilidad profesional y geográfica», agrega el especialista.

Pero en el caso de que el estudiante necesite cursar un posgrado y no cuente con ahorros, no es tan descabellado pedir un crédito. El secreto, para el chileno Gonzalo Neculmán, analista de la clasificadora de riesgo Humphreys, está en hacer el análisis correcto. Es necesario «establecer si los flujos adicionales que se esperan obtener -luego de realizado el posgrado- superarán a los pagos del crédito y cuál es la probabilidad de que esto ocurra».

Así, luego de seleccionar el programa y establecer el monto por el cual se pedirá el crédito, es fundamental hacer un sondeo exhaustivo del mercado. Evaluar la tasa de política monetaria del país en el cual se pedirá el financiamiento y analizar entidad por entidad cuáles son las condiciones que ofrecen. «Un crédito de estudios debiera tener siempre mejores condiciones que un crédito de consumo», dice Pablo Manríquez, subgerente de Segmento Jóvenes Banco Santander en Chile.

La tasa específica de interés va a tener relación con el momento económico del país en donde se pida el crédito. Pero más allá de guiarse por la coyuntura económica de los mercados el crédito «en general conviene tomarlo en la moneda nacional o en la moneda en que se espera obtener la remuneración futura, de tal forma de eliminar el riesgo del tipo de cambio» dice Gonzalo Neculmán. «Si pienso irme a trabajar a Estados Unidos, sería conveniente tomarlo en dólares», agrega el economista.

Pero, la tasa de interés no es lo único que afectará el precio del crédito. Además hay otros elementos que encarecen el costo del crédito y en los cuales hay que fijarse. Se trata de los seguros asociados, las comisiones cobradas por la institución que otorga el crédito y otros productos atados al crédito.

Además de todos estos elementos, es fundamental fijarse en el periodo que destinaremos a pagarlo. Para Joël McConnell un periodo adecuado de pago es de «entre cinco y ocho años, para no pagar intereses excesivos». Pero, «lo principal es hacer calzar los flujos adicionales que se recibirán con el flujo de pagos, de tal forma que el crédito no sea una carga muy fuerte en la remuneración del estudiante», dice Neculmán. En ese sentido, Pablo Manríquez, de Santander asegura que el ideal es que la cuota mensual del crédito no supere el 25% del ingreso futuro.

Pero, lo más importante al momento de evaluar los años de plazo, es considerar que el crédito adquirido tenga la opción de pagar de forma anticipada y sin el pago de una comisión por ello. Es decir, si se tiene la posibilidad de contar con el total del dinero pedido en el crédito, por ejemplo al par de años de haber terminado el posgrado, poder pagarlo de una sola vez, y no estar obligado a pagar cuota por cuota.

Por último, el especialista de IE Business School dice que «es importante tener en cuenta que además de todas las instituciones privadas que hay en América Latina, hay instituciones sin fines de lucro y gubernamentales que también otorgan créditos de este tipo. Ejemplos de esto son Colfuturo en Colombia, el Instituto Peruano de Fomento Educativo (IPFE), FUNED en México y Guatefuturo, en Guatemala. Este tipo de entidades deberían ofrecer mejores condiciones que los bancos.

Elementos a considerar en un crédito de estudios:

Elección correcta del posgrado: Evaluar en qué medida el programa elegido mejorará nuestra remuneración, ya que el crédito se paga con los ingresos futuros.
Ahorro: Intentar contar con la mayor cantidad de ahorros posibles, para no tener que financiar el 100% del posgrado con un crédito.
Entidades: analizar todas las entidades que otorgan créditos de estudio y sus condiciones (privadas, gubernamentales y sin fines de lucro).
Tasa de interés: dependerá de cada mercado, pero debería siempre ser más baja que la de un crédito de consumo.
Costos asociados: Además de la tasa de interés hay otros elementos que encarecen el costo del crédito: seguros asociados, comisiones cobradas por la institución que otorga el crédito y otros productos atados al crédito.
Condiciones de pago: debe tener siempre la opción de prepagar el crédito completo sin pago de comisiones.
Cuota: La cuota a cancelar no debería superar el porcentaje en que deberían aumentar los flujos futuros estimados, luego de haber realizado el posgrado.
Monto mensual: la cuota del crédito no debería superar el 25% de nuestra remuneración.
Moneda: El crédito debe ser pedido en la moneda del país en el cual se planea trabajar luego de realizar el posgrado.
Periodo de pago: El ideal eºs no tener que estar pagando el crédito durante más de 8 años.

Fuente: educamericas.com

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