El motivo fundamental que mueve a los alumnos a cursar un MBA es la intención de ampliar su horizonte profesional hacia el ámbito de la dirección empresarial. En eso consiste este tipo de postgrado: formación teórico-práctica que capacita al alumno para responder de forma rápida y eficaz a los problemas que puedan surgir en cualquier ámbito de la actividad directiva.
Un MBA dota a los alumnos de una formación esencialmente orientada a la práctica. Hace especial hincapié en el desarrollo de aptitudes tales como las habilidades directivas, capacidad de liderazgo, dotes de comunicación y decisión… Durante el periodo formativo el alumno se enfrentará a supuestos (reales o ficticios) ante los cuales habrá de tomar decisiones, sopesar riesgos y calcular el impacto de los mismos, apoyado en una amplia base teórica y utilizando las herramientas de gestión disponibles.
Además de esta formación teórico-práctica, el programa de un MBA se complementa con una metodología muy definida, encaminada a potenciar habilidades y aptitudes directivas. Además de los ya mencionados planteamientos a los que el alumno deberá dar solución, en un MBA se potencia de forma fundamental el trabajo en equipo como método útil de búsqueda de soluciones.
La elaboración de informes y estudios también tiene cabida en el programa de un MBA, así como la asistencia a seminarios impartidos por expertos en distintas materias, o a talleres en los que se incide en cuestiones tales como el talante de un directivo.
Fuente: mastermania.com