El proceso de aplicación es largo y complicado – conformando la primera barrera de entrada que filtra a quienes desean seriamente obtener un MBA. En este sentido, es necesario comenzar el proceso con mucha anticipación (al menos 1 año y medio antes de la fecha de comienzo).
El proceso incluye:
TOEFL – examen de conocimiento del idioma inglés, obligatorio para todos aquellos cuya lengua materna no es ese idioma.
GMAT – prueba estandarizada de aptitud académica.
Aplicación – llenado cuidadoso de los múltiples formularios exigidos por cada escuela MBA.
Ensayos – quizás la parte más engorrosa del proceso. Casi todas las escuelas exigen la escritura de tus respuestas a una o más preguntas que les permitirá conocer más de tu experiencia y forma de ser. Esta tarea es larga y complicada – más aún para quienes el idioma inglés no es su lengua materna.
Calificaciones y títulos – ubicar, traducir, certificar y enviar las calificaciones obtenidas en tu educación universitaria.
Recomendaciones – cartas de recomendación de 2 o más personas que te conozcan en el ambiente laboral o educativo.
Demostración de habilidad de pago – para emitir la visa de estudiante, debes demostrar que tienes la capacidad de cubrir los costos de matrícula y manutención por al menos 1 año de estudio.
Entrevista – la mayoría de las escuelas de negocios prefieren tener una entrevista con todos los potenciales estudiantes, con el fin de conocer algunos aspectos de personalidad y habilidades que son difícil de medir en papel. Como para los estudiantes extranjeros es complicado y costoso viajar a la escuela con el solo fin de ser entrevistado, muchas escuelas las hacen vía telefónica o le piden a ex-alumnos que la hagan en su lugar.